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Cómo cuidar un jardín de césped natural junto al mar

Cómo cuidar y conservar un jardín junto al mar

¿Quieres conocer cómo cuidar y conservar un jardín de césped natural junto al mar? esto no resulta tan complicado como piensas. Sin embargo, se requiere de ciertas atenciones que consideren la agresividad del ambiente marino. Si vivimos en una zona costera o cercana al mar, debemos seleccionar las especies de flores, arbustos y árboles que mejor se adapten a este ambiente.

Es por esta razón que en Arpasa, les daremos algunas recomendaciones de cómo cuidar y conservar un jardín de césped natural junto al mar.

Recomendaciones para cuidar y conservar un jardín de césped natural junto al mar

Siempre que diseñamos o planificamos un jardín de césped natural existen factores que afectan su éxito y salud. Esos factores son determinantes en la sostenibilidad del jardín de césped natural que hemos diseñado. En el caso de un jardín cercano al mar, los factores decisivos que afectarán nuestro jardín son: la sal, el viento y el terreno arenoso.

Esta combinación de factores, que resulta característica de las zonas costeras, es perjudicial para muchas especies conocidas por nosotros. A esas especies la exposición al ambiente marino les puede producir deshidratación y quemaduras que se manifiestan en daños a su estructura, defoliación y apariencia rala.

Características del ambiente marino y su influencia en las plantas

Veamos cuáles son estas características del ambiente marino que pueden afectar nuestro jardín junto al mar:

La sal

El salitre o sal del agua de mar en forma de gotas minúsculas es arrastrada por el viento hasta nuestro jardín. Esta sal se deposita tanto en las plantas como en el terreno. No todas las plantas pueden sobrevivir en ambientes salados. En muchas plantas, la sal produce el llamado estrés salino. Este se caracteriza por producir en las plantas necrosis foliar, reducción del crecimiento y pérdida de capacidad germinativa, entre otros efectos.

El viento

Dependiendo de la velocidad del viento, el salitre puede venir acompañado por partículas de arena muy finas. Además, estas partículas azotan las plantas por lo que podrían producirles daños si estas no tienen alguna protección física adecuada (barreras o vallas).

Adicionalmente, hasta los 20 km/h, el viento les origina problemas de carácter fisiológico, como la aceleración de la evapotranspiración con la consiguiente resecación de las plantas. Cuando el viento supera los 30 km/h, los efectos fisiológicos del viento se combinan con los mecánicos. Esto, por lo general, suele ocasionarles daños permanentes.

En el caso de las palmeras, sus troncos flexibles y resistentes, hacen que este tipo de plantas resulten las más indicadas para estos lugares de mucho viento. Por esto, es recomendable colocar protectores firmes a las plantas más altas para que resistan el embate del viento.

El terreno arenoso

Debido a su gran contenido de arena, el suelo arenoso es más el más poroso de todos los tipos de suelos. Este, con frecuencia es llamado suelo sediento debido a su frecuente necesidad de agua y a la velocidad con que esta se evapora. Además, por su alta porosidad, el suelo arenoso no es apto para plantas que requieren condiciones de suelo húmedas. Su ventaja sobre otros tipos de suelos es su habilidad de calentarse rápidamente si el clima es soleado como el de las zonas costeras. Adicionalmente, el suelo absorbe sal marina, afectando el crecimiento de las plantas.

Para contrarrestar todas estas características ambientales adversas, si deseamos tener un hermoso jardín de césped natural junto al mar, debemos seguir las siguientes recomendaciones.

¿Cómo cuidar y conservar un jardín junto al mar?

1. Elegir un terreno suficientemente poroso

Para que el salitre no se acumule en el suelo de nuestras plantas, la solución es utilizar un terreno poroso. Nuestro suelo debe contener la cantidad de arena suficiente que permita evitar la acumulación de sal en la superficie. El uso de arena de río es lo recomendable.

La arena de la playa no debe utilizarse en ningún caso ya que las sales que contiene son perjudiciales para las plantas de nuestro jardín.

Estas son algunas de las medidas que debemos adoptar para suelos salinos:

  1. Aumentar la permeabilidad del suelo labrando, aportando materia orgánica y arena.
  2. Instalar tubos de drenaje para evacuar el agua en exceso cargada de sales.
  3. Efectuar de vez en cuando lavados de sales hacia el subsuelo mediante riegos abundantes que inunden la tierra.
  4. No abusar de los fertilizantes puesto que salinizan.
  5. Regar correctamente y con frecuencia nuestro jardín.

El método más recomendado para el riego es pulverizar el agua y mojar bien todas las partes verdes para limpiarlas del salitre que se acumula.

Para regar el jardín lo más cómodo es hacerlo con aspersores. Algunos recomiendan el riego por goteo. Sin embargo, si optamos por el riego por goteo, con el paso de los años, aparecerán problemas de acumulación de sal en los orificios de salida de los tubos. Esto hará que tengamos que limpiar o sustituir los tubos por otros con cierta regularidad.

Además, es recomendable cambiar de agua de riego si esta resulta salobre.

2. Elegir las plantas adecuadas

Existen algunas especies que resisten mejor las condiciones adversas. Por lo que entre todas las especies podemos encontrar muchas plantas que se adaptan fácilmente a las condiciones de un ambiente costero o litoral. Una de las especies más solicitadas para su empleo en jardines es el césped. Lo ideal sería plantar un césped rústico que consuma menos agua y se siegue con menos frecuencia.

Además, se recomienda sembrarlo a partir de la primavera o plantarlo por esquejes (trozo de tallo, de hoja o de raíz). Entre todos los tipos de césped se destaca una variedad americana llamada gramón americano (Stenotaphrum secundatum). Esta planta tolera más la sal y apenas se tornan amarillas sus hojas cuando hace mucho frío.

Césped

En césped, las especies más resistentes al ambiente salino son las siguientes:

Árboles

En cuanto a los árboles, las especies más resistentes son:

Palmeras

Especies resistentes de palmeras:

Arbustos

Especies de arbustos resistentes:

Trepadoras

Especies de plantas trepadoras:

Cactus y crasas

Muchos cactus y crasas resisten la sal. Especies de cactus y crasas más resistentes.

Herbáceas

Especies de herbáceas resistentes a los ambientes litorales:

3. Frenar el viento y salitre

El mejor método para evitar la acumulación del salitre es la construcción de barreras físicas. La idea es que el viento marino impacte en la barrera física para que de esta forma queden atrapadas las partículas de sal arrastradas por el viento.

Además, es preferible que estas barreras sean permeables y no totalmente cerradas. Por ello, una de las barreras más empleadas es la valla con brezo seco, ya que disminuye la fuerza del viento de manera más eficiente que una pared sólida. La razón, es que el viento al chocar contra la valla de brezo se arremolina detrás sin llegar a perjudicar la propia barrera.

Es importante destacar que cualquier seto vegetal creado con una planta resistente a la sal es igualmente efectivo. Por lo tanto, sólo hay que fijarse en que la planta sea de hoja tenaz, duradera y alcanzar cierta altura para proteger las plantas de nuestro jardín.

Las mejores opciones para proteger un jardín costero del viento, son las siguientes:

Esperamos que este artículo sobre cómo cuidar y conservar un jardín de césped natural junto al mar les haya resultado de utilidad. Si quieres plantar césped natural en tu jardín y necesitas ayuda puedes consultar con nosotros para brindarte todos los consejos necesarios.

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