Mucha gente se pregunta cómo funciona el drenaje del césped en un campo de fútbol. Sin duda, en un terreno de juego es muy importante la instalación de un sistema de evacuación adecuado para que el césped sea capaz de absorber el agua la lluvia. Los jugadores odian tener que entrenarse o jugar un partido con el terreno enfangado o en mal estado.
Desde luego, con la instalación de un buen drenaje se evita este problema, uno de los más graves que puede tener un campo de fútbol. La falta de drenaje ocasiona deterioros en el campo de juego y gastos adicionales en su mantenimiento. Sobre todo si el terreno de juego está situado en una región cuyo clima es muy lluvioso, ya que el césped tiende a anegarse y se forman charcos de agua en determinadas zonas. Sin duda, la lluvia provoca muchas irregularidades en el césped, ya que el balón tiende a frenarse y los jugadores corren más riesgo de sufrir lesiones.
Instalación del drenaje del césped en un campo de fútbol
El drenaje profesional de un campo de fútbol permite una mejor evacuación del agua, de manera que no se tenga que suspender un entrenamiento o un partido. Es muy importante realizar un mantenimiento adecuado para comprobar que la capa de material drenante está en perfecto estado. Así, conviene retirar piedras, arena o cualquier otro material que obstruya el paso del agua. Con una distribución equilibrada del material bajo el césped se consigue que el agua de lluvia discurra por el camino correcto y evitar el encharcamiento de algunas áreas del terreno de juego.
Existen varias alternativas para la instalación de un sistema de drenaje que facilite la excelencia de un campo de fútbol. Para empezar, conviene analizar la composición del suelo antes realizar la instalación de un drenaje eficiente y correcto. Asimismo, se lleva a cabo un completo estudio climático en el que se refleje la pluviosidad, la incidencia del viento y la radiación solar. Por último, se realiza un informe geotécnico para calibrar la naturaleza del suelo. Normalmente, para conseguir un drenaje perfecto se colocan tubos de 40 a 50 centímetros de profundidad en zanjas de 40 centímetros de ancho y separadas de 2 a 3 metros. Estos tubos se colocan en paralelo y se conectan todos a uno principal. En los tubos debe colocarse un corrugado especial con una tela geotextil para que la tierra no se mezcle con la grava.