Arpasa posee los más altos estándares de calidad del césped para practicar deportes como fútbol, golf, rugby o tenis.

Antiguamente con tener un césped verde y mullido era bastante para poder practicar deportes que precisaban de esta superficie.

Pero el tiempo ha hecho que estos deportes de masas continúen evolucionando y haciéndose más competitivos.

Y esa competitividad también llega al terreno de juego.

En la actualidad hay procedimientos comunes que miden cuantitativamente las propiedades de calidad de juego de los campos deportivos.

Las organizaciones profesionales como la FIFA, la NFL y la MLS están empezando a reconocer estos estándares como un procedimiento para asegurar el juego de calidad y regular la seguridad en la industria del césped deportivo.

Uniformidad de superficie

calidad césped fútbol

 

La superficie del césped en el fútbol a examen

La mayor parte de la gente piensa que un terreno de juego con césped bonito es indicativo de un terreno óptimo para el juego.

Y en parte es verdad, pero no hay que olvidar uno de los factores más importantes, la funcionalidad del mismo.

Una calidad agronómica adecuada en nuestro césped garantizará un buen rendimiento del deporte a practicar.

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No hay que olvidar que un terreno que presenta irregularidades micro topográficas (pequeñas elevaciones de terreno) puede influir negativamente en la práctica del deporte.

Sobretodo en deportes como el golf (zona de green).

 

Evaluación de la calidad del césped en el fútbol

Para la evaluación de la calidad del césped existen varios procedimientos, pero podemos dividirlas en dos grandes bloques:

  • Interacciones entre el jugador y la superficie
  • Interacciones entre la pelota y la superficie

Interacciones entre el jugador y la superficie en el fútbol

El jugador no debe de preocuparse del estado del campo en el que juega, se presupone que ha de estar en perfectas condiciones para el juego.

Y para determinar la calidad del terreno para con el agarre del jugador a la pista debemos fijarnos en dos puntos clave.

 

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Tracción

La densidad de nuestro césped, la calidad de las semillas escogidas y la humedad determinarán la resistencia al arranque del jugador y por tanto la estabilidad del jugador en el césped.

La composición del césped tiene mucha influencia en la buena tracción de los jugadores, así las especies estoloniferas y rizomatosas (producen tallos laterales que emiten raíces y se agarran al suelo formando una malla o red anclada a este). son las más interesantes.

En el caso de las especies de estación fría C3, principalmente se usa la Poa Pratense con este cometido, en mezcla con Ray Grass Inglés (normalmente en todos los campos europeos) y en los céspedes de estación caliente, Bermuda Grass (es el caso de los campos de fútbol en zonas tropicales y sub-tropicales).

Los céspedes de estación fría tienen una resistencia a la tracción rotacional de aproximadamente 60 Nm (con tacos de 1,3 cm), los de estación caliente 75 Nm y los híbridos de 90 a 114 Nm.

El par máximo que un tobillo puede aceptar es de 75 Nm. (El fútbol australiano recomienda no pasar de 60 Nm)

La dureza y la resilencia

Otro factor importante que incide entre el jugador y la superficie de césped en el fútbol es la dureza y resiliencia (energía que devuelve la superficie al jugador tras el impacto)

En el fútbol la preferencia es una superficie dura y poco resilente, que favorezca el juego rápido.

En cambio en el rugby se busca todo lo contrario, superficies más blandas que mitiguen el contacto frecuente de los jugadores con estas.

La humedad determinará la dureza de la superficie, por lo tanto es imprescindible controlarla para un estado óptimo.

Las zonas desgastadas del campo al final de la temporada, como son las áreas próximas a las porterías, tienen mucha más dureza que por ejemplo que las zonas alrededor de la zona de córner.

 

Interacciones entre la pelota y la superficie en el fútbol

El rebote

El rebote de la pelota en césped es directamente proporcional a su grado de dureza.

Como ejemplo en el tenis sobre hierba donde el rebote es primordial, las ultimas capas del suelo suelen ser de arcilla, que proporciona un suelo más duro y por tanto mayor rebote.

Resistencia a la rodadura

Es la fuerza que actúa en la superficie, en dirección opuesta al movimiento de la pelota, causando una rotación menor progresivamente.

Así pues, la resistencia a la rodadura es fundamental para que la pelota circule a una velocidad normal.

La resistencia a la rodadura del balón por el césped en el fútbol viene determinada por estos factores:

  • Altura de corte en el césped (más bajo, más velocidad), 16 cm. menos de avance por cada mm. de altura mas alto
  • Densidad del césped (menos denso más velocidad, caso zonas desgastadas final temporada) desde un 6 a un 36% más rápido en zonas de portería que en zonas de córner al final de temporada
  • Cantidad de thatch (fieltro superficial formado por raíces, tallos y materia orgánica) si hay fieltro menos velocidad
  • Uniformidad de la superficie, menos uniformidad avance más irregular (por ejemplo, manchas de Poa annua, zonas más densas que otras, etc.)