Este espacio antes era una ciénaga totalmente encharcada durante el duro invierno inglés y una pradera amarillenta y seca durante los meses de verano. Los equipos universitarios a duras penas podían entrenar en este lugar. El equipo de fútbol profesional del Watford ni lo pisaba. Gracias a la intervención de ARPASA, hoy en día estos terrenos se han convertido en principal campo de entrenamiento de la Ciudad Deportiva del club británico.